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Lección 1: Un Maravilloso Salvador
Querido amigo (a):
A todos nos gusta recibir regalos agradables. Dios tiene los mejores regalos y desea darnos esos regalos. Todos llegan a través de Su Hijo, el Señor Jesucristo.
Recibimos estos regalos maravillosos que Dios tiene para nosotros a través de cuatro pasos: 1) la obra de Cristo, 2) la Palabra de Dios, 3) nuestra fe y 4) la obra del Espíritu Santo. Consideremos estos pasos:
La obra de Cristo
El Señor Jesús murió en la cruz por nuestros pecados y resucitó para ser nuestro gran Salvador. Su obra es perfecta y completa.
La Palabra de Dios
En la Biblia, Dios nos dice lo que Cristo ha hecho por nosotros.
Nuestra fe
Esta es la parte que me toca a mí—creer lo que Dios dice en Su Palabra.
La obra del Espíritu Santo
Cuando yo creo en la Palabra de Dios, el Espíritu Santo hace real para mí lo que Cristo ha hecho por mí. Esta es la manera en que recibimos cosas de Dios.
¿Cómo llegué a ser hijo de Dios? En primer lugar fue la obra de Cristo. Él murió en la cruz por mis pecados. Luego, fue la Palabra de Dios. En Su Palabra, Dios me dice lo que Cristo ha hecho por mí.
Yo creí lo que Dios dijo en Su Palabra, y a través de la obra del Espíritu Santo, llegué a ser Hijo de Dios.
Esta es la manera en que recibimos los regalos de Dios—al creer en Él. Dios tiene muchos regalos maravillosos que nos quiere dar. Todos los regalos vienen por medio del Señor Jesucristo.
Es por eso que es tan importante que aprendamos todo lo que podamos acerca de Él—Quién es y qué ha hecho por nosotros.
Jesucristo el gran Creador.
El universo no empezó a existir por casualidad, ni por alguna gran explosión en el espacio hace millones de años. La Biblia nos dice que fue creado por Dios el Hijo, el Señor Jesucristo. La Biblia nos dice de la obra de Jesucristo:
Todas las cosas por él [Jesús, el Hijo de Dios] fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho (Juan 1:3).
Este versículo nos dice que el Señor Jesús creó todas las cosas, incluyendo el universo. ¿De qué tamaño es el universo? Sólo Dios sabe.
El universo está lleno de estrellas. Nuestro sol en realidad es una estrella muy grande, pero hay muchas otras estrellas mucho más grandes que nuestro sol.
Algunas estrellas son tan grandes que nuestro sol, en comparación, parece ser sólo un granito de arena.
Para tener una idea de cuántas estrellas hay en el universo, podríamos ir a la playa donde hay kilómetro tras kilómetro de arena. Supongamos que llenáramos una cubeta de arena. ¿Cuántos granos de arena habría en la cubeta? ¡Probablemente millones!
¿Cuántos granos de arena hay en toda una playa? ¡Trillones y trillones!
¿Cuánta estrellas hay? ¡Los científicos han calculado que hay más estrellas en el universo que TODOS los granos de arena de TODAS las playas del mundo!
¿Cuántas estrellas son? Ningún ser humano sabrá jamás, pero el Señor Jesús sabe. Él es Él que creó el universo. ¡Él sabe el número exacto de las estrellas y tiene un nombre para cada una! La Biblia dice
Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres (Salmo 147:4).
El Hijo de Dios, Jesucristo, no sólo creó todas las cosas, sino que sostiene y controla el universo que creó. El movimiento de las estrellas en el cielo es tan preciso que podemos saber la posición exacta de cualquier estrella en cualquier momento. La Biblia nos dice:
Porque en él [Jesús] fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles…todo fue creado por medio de él y para él (Colosenses 1:16-17)
Jesucristo es el gran Salvador.
Te voy a decir un hecho muy sorprendente: El gran Creador, Jesucristo, el Hijo de Dios, ¡una vez vino a este mundo como un pequeño Bebé!
¡El Hijo de Dios ha estado aquí en esta tierra! El Hijo de Dios, el Creador de todo, se hizo Hombre. La Biblia dice:
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo [el Señor Jesucristo] era Dios…y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria…) (Juan 1:1, 14).
¿Por qué vino el Señor Jesús al mundo? Vino a salvarnos de nuestros pecados. Vino para ser nuestro Salvador. La historia más preciosa en la Biblia es la historia de cómo el Hijo de Dios nos amó tanto que dejó Su hogar en el cielo para venir al mundo y morir por nuestros pecados.
Dios mostró que estaba completamente satisfecho con la muerte de Cristo en la cruz para pagar nuestros pecados al resucitar a Su Hijo de la muerte. Jesús estuvo en la tumba por tres días, pero al tercer día resucitó de la muerte con un cuerpo nuevo y glorioso—un cuerpo que nunca puede morir. Jesucristo tuvo victoria sobre el pecado, la muerte y Satanás.
Cuando Cristo regresó al cielo, regresó victorioso sobre Satanás y todos los poderes de la oscuridad. La Biblia dice:
Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz (Colosenses 2:15).
Jesucristo tiene el lugar de más alto honor en el cielo.
Cuando el Señor Jesús regresó al cielo en Su cuerpo glorioso y resucitado, Dios el Padre le dio el lugar de más alto honor.
¿Dónde es eso? A la mano derecha de Dios. El Señor Jesús, como Hombre glorificado, está sentado a la diestra de Dios. Él tiene derecho de estar en ese lugar. No hay otro lugar digno de Su grandeza. La Biblia dice:
La cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero (Efesios 1:20-21).
La posición que Dios le ha dado a Su Hijo es mucho más alta que la posición de cualquier otra persona o poder en todo el universo. La Biblia dice que Dios ha puesto todas las cosas bajo Sus pies. Esto significa que toda persona y toda criatura en el cielo y en la tierra está bajo la autoridad de Jesús.
Dios ha declarado que el Nombre de Jesucristo debe ser honrado sobre todo nombre en el universo.
Dios ha declarado que un día toda rodilla se doblará ante Su Hijo y honrará Su Nombre. La Biblia dice:
Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre (Filipenses 2:9-11).
Los cristianos saben algo que ignoran los demás. Jesucristo ha sido exaltado al lugar más alto del universo. El es Rey de reyes y Señor de señores (Apocalipsis 19:16).
Si pudiéramos ser levantados de este mundo y llevados al cielo, lo que nos impresionaría más sería cómo es honrado Jesús allí. ¡Jesús tiene el lugar de más alto honor en todo el universo! Él está en el cielo hoy, coronado de gloria. La Biblia dice:
Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra (Hebreos 2:9).
¡Tengo un Salvador en el cielo! Ahora mismo, en este momento, el Señor Jesucristo está sentado a la diestra de Dios el Padre. Jesús tiene todo poder en el cielo y en la tierra. Él es mi Salvador y mi Amigo, ¡y está de mi lado!
Sé un "vencedor" para Cristo.
Un grupo de jóvenes decide escalar una montaña. Al llegar al pie de la montaña, algunos deciden que están muy cansados. Se vuelven atrás.
Los demás empiezan a escalar. El camino es difícil y muy empinado. Hay arbustos y espinos en el camino. A la mitad del camino, algunos deciden que es demasiado difícil. Se vuelven atrás.
Pero algunos no regresan. Suben más y más hasta llegar a la cima. ¡Ellos son "vencedores"!
La vida cristiana es así. Es un camino largo, y algunas veces el camino es difícil. Jesús nunca dijo que el camino sería fácil, pero Él conoce el camino y ha prometido acompañarnos. El dijo: En el mundo tendréis aflicción [dificultades]; pero confiad, yo he vencido al mundo (Juan 16:33).
El Señor Jesús fue "vencedor". Él vino para hacer la voluntad de Dios. Nunca se volvió atrás. Hacía lo que Dios quería que hiciera.
Tú y yo podemos ser "vencedores" al hacer lo que Dios desea que hagamos. Jesús está de nuestro lado. Él ha prometido estar con nosotros cada paso del camino. Él dijo: No te desampararé, ni te dejaré (Hebreos 13:5).
¿Serás un vencedor tú? ¿Dirás: "He decidido seguir a Cristo, no vuelvo atrás, no vuelvo atrás"? Jesús dijo: Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono (Apocalipsis 3:21).
NOTA: Al final de cada lección tenemos dos secciones para los "vencedores". Una sección se llama "La Verdad de Dios"—y da un resumen de lo que hemos aprendido en la lección. La otra parte se llama: "Yo creo". Lee las dos secciones con cuidado. Si la oración expresa lo que hay en tu corazón, repítele la oración a Dios en voz baja. Luego, pon tu firma.
Jesucristo, el Hijo de Dios, es mi gran Salvador. El tiene todo poder en el cielo y en la tierra, y Él es mi Amigo. Él me ama, y está de mi lado, y siempre estará conmigo.
"Señor Jesús, yo creo que Tú estás sentado a la mano derecha de Dios. Tú eres mi gran Salvador y mi Amigo. Quiero ser vencedor. Por favor ayúdame a ser todo lo que Tú quieres que sea".