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Esta lección está escrita por El Club del Buzón


presenta "Ver y Hacer, Serie 2"

 

 

 

 


Nota para los padres:

Estas lecciones deben ser leídas al niño una y otra vez. La primera vez que le lea la lección, diga las palabras que van con los dibujos. Después de esto, haga una pausa al llegar a cada dibujo, para ver si el niño puede decir la palabra. ¡A los niños les encanta hacer esto!

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Ver y Hacer

Serie 2 Lección 5

Juguetón el Pony Fugitivo


Papá Papá y mamá mamá llevaron a Carlos y Ana Carlos y Ana de viaje a visitar a su primo Guillermo Guillermo. La familia de Guillermo vivía en una granja.

una granja

Carlos y Ana disfrutaron viendo todos los diferentes animales de la granja. Guillermo les mostró los cerditos recién nacidos y los pollitos de sólo tres días. Era la primavera y muchas plantas estaban floreciendo.

Guillermo estaba feliz más que todo por poder mostrarles su nuevo caballo pony llamado Juguetón Juguetón. Éste era de color café claro.

Carlos y Ana querían montar sobre Juguetón , pero Papá les dijo: “No, ni siquiera Guillermo puede montarlo todavía. Juguetón necesita más entrenamiento. Él tiene que aprender a obedecer”.

Después que Papá entró a la casa, Guillermo puso una soga a Juguetón y lo sacó del establo y dijo:

“Intenten montar a Juguetón ”.

Guillermo, Carlos y Ana

“No”, dijo Carlos. “Papá nos dijo que esperáramos”.

Guillermo dijo en tono burlón: “Juguetón está casi entrenado. Tú no quieres montarlo porque te da miedo”.

Carlos respondió: “No, yo no tengo miedo, pero Papá dijo que esperáramos, y la Biblia Biblia dice que debemos obedecer a nuestros padres”.

Guillermo dijo: “Tú puedes decirle a tu Papá que no montaste a Juguetón ”.

Ana contestó: “Eso sería mentir”.

“Yo montaré a Juguetón, porque yo no tengo miedo como tú”, gritó Guillermo. Entonces saltó encima del lomo de Juguetón y comenzó a correr camino abajo.

se cayó

De repente Guillermo se cayó de Juguetón y éste se alejó galopando. Ana se asustó y corrió a buscar a alguién que ayudara a Guillermo.

Carlos también estaba asustado, pero él corrió trás Juguetón tratando de detenerlo. Oró en su corazón mientras corria: “¡Querido Señor Jesús Jesús, por favor ayúdame!”

Entonces Carlos gritó: “¡Juguetón! ¡Juguetón!”

De repente Juguetón detuvo su carrera. Carlos le habló y tomando a Juguetón de las riendas lo llevó de regresó al establo.

Guillermo no se había lastimado. Solamente tenía un pequeño rasguño en el brazo. “Gracias por traer a Juguetón de regreso al establo”, le dijo Guillermo a Carlos.

Carlos dijo: “Yo tenía miedo, pero el Señor Jesús me ayudó cuando oré a Él”.

Guillermo respondió: “Yo no sé orar a Jesús, me gustaría saber”.

Él murió en la cruz

Los niños se sentaron cerca del establo y Carlos le habló a Guillermo acerca del Señor Jesús, sobre lo mucho que Él nos ama y cómo Él murió en la cruz por nuestros pecados.

Carlos habló alegremente acerca de cómo resucitó Jesús de la muerte y que Él está vivo en el cielo ahora mismo.

Guillermo preguntó: “¿Me ama el Señor Jesús también?”

Carlos y Ana respondieron juntos: “Por supuesto, Él te ama a ti también”.

“Y Jesús será tu Salvador si le pides que lo sea”, agregó Carlos.

Y cada día, mientras estuvieron en la granja, Carlos y Ana le hablaron a Guillermo más acerca del Señor Jesús. Al poco tiempo Guillermo le pidió al Señor Jesús que fuera su Salvador.

La siguiente ocasión que Carlos y Ana fueron de visita a la granja, se les permitió montar en Juguetón. El papá de Guillermo lo había domado y Juguetón había aprendido a obedecer.

Guillermo montó primero a Juguetón varias veces alrededor de la granja. Luego fue el turno de Carlos, y él estuvo muy contento por la forma como Juguetón le obedeció.

el turno de Ana

Después fue el turno de Ana, y aunque al comienzo tenía un poco de miedo, luego se dio cuenta que Juguetón ahora era fácil de montar.

Juguetón era solo un caballito pony, pero él había aprendido a obedecer. Eso hizo que todos se sintieran felices. ¡Y Juguetón parecía estar feliz también!

¿Te gustaría ser feliz y hacer que otros se sientan felices también? ¡Entonces aprende a obedecer! ¿A quiénes debemos obedecer?

1

Debemos obedecer al Señor Jesús. Si tú te preguntas si deberías o no hacer algo que estás pensando hacer, pregúntate a ti mismo: “¿Le gustaría a Jesús verme haciendo lo que pienso hacer?” Si tú crees que a Él le gustaría, entonces hazlo. Pero si tú crees que a Jesús no le gustaría, entonces ¡NO LO HAGAS!

2

Nosotros también debemos aprender a obedecer a nuestros padres. La Biblia dice: “Hijos obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo”.

A medida que tú aprendas a obedecer al Señor Jesús y a tus padres, serás más feliz. ¡Y harás que otros se sientan felices también!


Aprende este versículo para que lo puedas decir:

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