UB David + I'll B Jonathan, Inc.

bajo un acuerdo especial con


Esta lección está escrita por El Club del Buzón


presenta
"La Nueva Vida en Cristo (Curso 3)"

 

UB David + I'll B Jonathan, Inc.

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El Club del Buzón

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La Nueva Vida en Cristo

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es…" 2 Corintios 5:17

Lección 11: Un Amo Nuevo

Un Amo Nuevo


Lectura Bíblica y Versículo para Memorizar


¡LA COSA MÁS TERRIBLE EN EL UNIVERSO ES EL PECADO!

Lucifer era el ángel más sabio y más bello que jamás había sido creado, pero el pecado lo cambió en Satanás, el enemigo de Dios y el enemigo del hombre. El pecado separó a Adán y Eva de su amoroso Creador. Y el pecado convirtió a los hombres que fueron creados a imagen de Dios, en esclavos del pecado y de Satanás.

PORQUE ODIA TANTO AL PECADO, Dios quiere que nosotros seamos librados de su poder. En nuestra lección anterior aprendimos que, en Cristo, hemos sido librados del reino de las tinieblas. El pecado no tiene ningún derecho de reinar sobre nosotros, porque ya no estamos en el reino donde el pecado domina.

PERO EL PECADO TIENE MUCHAS MANERAS de mantenernos bajo su poder, y una de éstas es por medio de "la carne". La carne es nuestra naturaleza humana pecaminosa. Es lo que somos sin Dios.

Una forma de la carne es el "Sí Mismo" (el "Yo"). ¿Qué quiere decir tenerse a sí mismo en el trono del corazón? Quiere decir que somos egocéntricos, y que queremos hacer las cosas a nuestro modo.

¿Cómo llegamos a ser egocéntricos?

el YO

El primer hombre, Adán, fue creado a imagen de Dios. Amaba a Dios y quería hacer Su voluntad. Era un hombre centrado en Dios. Dios era Rey en el trono de su corazón.

PERO, CUANDO ADÁN FUE TENTADO, decidió desobedecer a Dios. Adán quitó a Dios del trono de su corazón y se puso a sí mismo allí. Esto fue un gran pecado.

Más tarde, Adán murió, pero pasó su naturaleza pecaminosa y egocéntrica a sus hijos y a toda la raza humana. Adán produjo una raza de gente igual a él mismo, una gente gobernada por sí misma. El hombre fue creado para amar y adorar a Dios, pero ahora él se amaba y adoraba a sí mismo. En vez de desear la voluntad de Dios, queremos nuestra propia voluntad. La Biblia dice:

…cada cual se apartó por su camino (Isaías 53:6).

¿Qué sucede cuando nacemos de nuevo?

El “Yo” quiere seguir gobernando

Otra Persona llega a vivir en nuestro corazón: El Señor Jesucristo. Esto es maravilloso, pero, aun después de nacer de nuevo, todavía tenemos aquella vieja naturaleza pecaminosa llamada "la carne". El "Yo" quiere continuar gobernando, y esto crea un problema, puesto que Cristo y el Yo no pueden gobernar a la vez.

Sólo Cristo tiene el derecho de gobernar en nuestra vida, pero el Yo continuará tratando de gobernar. Cada cristiano tiene que escoger si será gobernado por Cristo o por el Yo. Los dos no pueden gobernar. Tenemos que escoger entre uno u otro.

Antes de hacer esta decisión, veamos lo que es nuestra vida cuando somos gobernados por el Yo. He aquí algunas de las maneras en que el Yo se manifiesta en nosotros:

Amor a sí mismo

AMOR A SÍ MISMO

La persona a quien amamos más que a cualquier otra persona en el mundo es a nosotros mismos. Queremos que otros nos estimen y nos honren. No importa lo que suceda, nosotros nos preocupamos primeramente por nosotros mismos.

Orgullo de ií mismo

¿Quién es la persona más importante en el mundo para nosotros? ¡Nosotros mismos! No hay nombre más dulce a nuestros oídos que nuestro propio nombre. Nos jactamos de nosotros mismos y nos gusta impresionar a los demás acerca de cuán importantes somos.

Lástima de sí mismo

Nos compadecemos de nosotros mismos cuando las cosas no andan como queremos. Muy fácilmente nos sentimos "o f e n d i d o s". Nos imaginamos que la vida es mucho más difícil para nosotros que para otras personas.

El egoísmo

¿Estamos siempre deseando algo que no tenemos? ¿Nos quejamos y estamos descontentos con lo que tenemos? Esta es otra forma en que el Yo se manifiesta.

Autoprobidad (creerse una persona muy buena)

Autoprobidad

Nos gusta hablar de los pecados de otros y criticarles a ellos, pero no vemos nuestros propios defectos. Esto es algo más que hacemos cuando el Yo gobierna en nuestro corazón.

Autojustificación

¿Somos de los que nunca admiten que están equivocados? ¿Nos defendemos siempre y culpamos a otros? Si así es, esa es una señal segura de que el "Yo" está en el trono de nuestro corazón.

Tímidez (apocamiento)

El Yo hace que algunas personas sean entremetidas. Tal vez nosotros no seamos así, pero quizá somos de los que dicen que no pueden hacer nada. Decimos: "Que otra persona lo haga. Yo no lo puedo hacer bien". Esta es simplemente otra forma del Yo.

Voluntad propia

tú y yo decimos, "Yo haré lo que yo quiera"

Queremos hacer lo que nos place. No nos gusta recibir órdenes de nadie ni siquiera de Dios mismo. Cuando nos rebelamos contra Dios, estamos siendo dirigidos por Satanás.

¿De dónde sacamos ese espíritu de voluntad propia? Lo recibimos de Satanás. Satanás fue el primer rebelde. Él dijo, "Yo subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios". Luego Adán dijo en su corazón, "Yo haré lo que quiera". Y ahora, tú y yo decimos, "Yo haré lo que yo quiera".

El "YO" nunca obedecerá a Dios

El Yo tiene muchas maneras distintas de manifestarse, pero su actitud hacia Dios nunca cambia. El Yo no se someterá a Dios ni le obedecerá. La Biblia dice:

Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden (Romanos 8:7).

El YO es nuestro enemigo

Cuando somos gobernados por nuestra propia voluntad, cometemos muchos pecados

¿Has comprendido cuán pecaminoso es ser gobernado por el Yo? No solamente somos infelices nosotros, sino también hacemos infelices a los que nos rodean. Cuando somos gobernados por nuestra propia voluntad, cometemos muchos pecados. Aunque hemos sido librados del reino de las tinieblas, el pecado todavía tiene poder sobre nosotros mientras permitamos que nuestra propia voluntad reine en nuestra vida.

Ahora llegamos a una pregunta muy importante.

¿Cómo podemos ser librados del gobierno del Yo? Primero, veamos lo que Dios hizo acerca de la vida de nuestro Yo.

Dios nos crucificó juntamente con Cristo

Debido a que la vida de nuestro Yo era tan aborrecible a Dios, Él tuvo que hacer algo en ese respecto. ¿Qué hizo Dios? ¡Nos crucificó con Cristo!

Dios trató con nuestro "Yo" cuando nos puso en Cristo sobre la cruz. Cuando Cristo fue crucificado, nosotros fuimos crucificados con Él.

¿Cómo pudimos ser crucificados con Cristo? Tal vez nos ayudaría entender esto si consideramos una ilustración. Tomemos una hoja de papel y cortemos una figura de un hombrecito. Ahora toma al hombrecito de papel y colócalo en un libro.

El muñeco está ahora entre el libro. Supongamos que colocamos el libro sobre una mesa. ¿Dónde está el muñeco? También está sobre la mesa porque está entre el libro. Supongamos que colocamos el libro en el piso. ¿Dónde está el hombrecito ahora? Está en el piso. Suponiendo que colocamos el libro sobre el piano, ¿dónde está el muñeco ahora? Está sobre el piano.

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Bien, hagamos de caso que envolvemos el libro con el muñeco adentro y lo enviamos a otro país. ¿Qué pasa con el muñeco? Pues va al otro país también porque está dentro del libro. O, por otra parte, supongamos que sostenemos el libro dentro del agua. ¿Qué pasa con el muñeco? También está dentro del agua. Todo lo que le sucede al libro le sucede también al muñeco porque él está en el libro.

Dios nos puso en CRISTO

CUANDO DIOS NOS SALVÓ nos puso en Cristo sobre la cruz. Lo que le sucedió a Cristo nos sucedió a nosotros porque estábamos en Cristo. Cuando Él fue crucificado, nosotros fuimos crucificados con Él; cuando Él murió, morimos con Él; y cuando resucitó, nosotros resucitamos con Él. El apóstol Pablo dijo:

"Con Cristo estoy juntamente crucificado".

Lo que fue cierto del apóstol Pablo es también cierto de nosotros como cristianos. Cristo murió por nosotros y nosotros morimos con Él. Estas son dos grandes realidades que son verdaderas para todo cristiano.

Cristo murió por nosotros y nosotros morimos con Él

¿Por qué nos crucificó Dios con Cristo? Nos crucificó con Cristo para que ya no fueramos gobernados por nuestro yo. La Biblia dice:

Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre (nuestra naturaleza vieja) fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado (Romanos 6:6).

Cristo es nuestro nuevo amo

Dios no solamente trató con la vida de nuestro Yo sino también nos dio un nuevo Amo. Nuestro nuevo Amo es Cristo. Él ha venido a vivir en nuestro corazón, y Él es Señor de nuestra vida.

La Biblia dice:

Porque Cristo para esto murió, y resucitó… para ser Señor así de los muertos como de los que viven (Romanos 14:9).

Cuando Cristo gobierna como Rey en nuestro corazón, el Espíritu Santo produce la vida de Cristo en nosotros

Cuando Cristo gobierna como Rey en nuestro corazón, el Espíritu Santo produce la vida de Cristo en nosotros. La Biblia nos dice cómo se manifiesta su vida:

El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe mansedumbre, templanza (dominio sobre sí mismo)… (Gálatas 5:22-23).

¿Cómo puedo ser librado de mi vida del "YO"?

Ahora regresamos a la pregunta: ¿Cómo puedo ser librado del dominio del Yo? Tres pasos son necesarios si queremos tener victoria sobre el Yo.

1

Debemos negarnos a "NOSOTROS" mismos

SI QUEREMOS SEGUIR AL SEÑOR, tenemos que quitar al Yo del trono de nuestro corazón. Tenemos que tomar esta decisión: que ya no seremos gobernados por el Yo. Tiene que ser "No yo, sino Cristo". El Señor Jesús dijo:

Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo… (Lucas 9:23).

2

Debemos contar con nuestra posición en Cristo

DIOS NOS PUSO EN CRISTO EN LA CRUZ. Cuando Cristo fue crucificado, nosotros fuimos crucificados juntamente con Él. Esta es nuestra posición en Cristo, y tenemos que contar con ella. La Biblia dice:

Vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro (Romanos 6:11).

"Considerarse" quiere decir contar con un hecho o tenerlo en cuenta. ¿Estás contando con el hecho de que fuiste crucificado con Cristo? Si así es, pon tu firma a esta declaración:

"Yo he sido crucificado con Cristo".

3

Debemos rendirnos a Cristo

CRISTO ES NUESTRO NUEVO AMO. Debemos vivir para Él y no para nosotros mismos.

Debemos vivir para Él y no para nosotros mismos.

La Biblia dice:

Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: Que si uno murió por todos, luego todos murieron (todos murieron en Cristo): Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos (2 Corintios 5:14-15).

tome su cruz cada día

Nuestra rendición al Señor Jesús es una entrega a Él de una sola vez, seguida por una entrega diaria de nosotros a Él. Diariamente debemos decir "No" a la voluntad propia y "Sí" al Señor Jesús. El Señor Jesús dijo:

Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame (Lucas 9:23).

¿Cuál es tu decisión?

¿ESTÁS TÚ DISPUESTO A HACER A JESUCRISTO EL SEÑOR DE TODO EN TU VIDA?

¿Estás tú resuelto a obedecerle, cueste lo que cueste? ¿Eliges tú decir "no" a tu propia voluntad y entregar tu vida a Cristo? Si ésta es tu decisión, tú no lo puedes decir a Jesucristo ahora mismo. He aquí una oración que te ayudará:

Señor Jesús, quiero ser gobernado por Ti y no por mí mismo. Comprendo que mi vida vieja del Yo terminó en la cruz cuando fui crucificado juntamente contigo. Mi nueva vida Te pertenece a Tí. Te rindo mi vida a Ti, ahora y para siempre. Que sea hecha Tu voluntad y no la mía en mi vida.


Joya Descubierta

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