UB David + I'll B Jonathan, Inc.

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Esta lección está escrita por El Club del Buzón


presenta "Mejores Amigos serie 1"

 

UB David + I'll B Jonathan, Inc.

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El Club del Buzón

presenta

Mejores Amigos

Serie 1 Lección 1: Cielo

Cielo


Querido(a) amigo(a):

¿Sabías que tienes un amigo especial que te ama con todo Su Corazón, un amigo que es fuerte y amable y bueno, un amigo con el que puedes hablar en cualquier momento, un amigo que siempre está dispuesto a escucharte y a ayudarte?

¿Quién es este amigo especial?

Pudieses preguntarte, “¿Quién es este amigo especial?” ¡Es el Hijo de Dios, el Señor Jesucristo! Él te ama con todo Su corazón. ¡Es el mejor amigo que pudieses tener! Este mejor Amigo vive en un lugar especial.

¿Cuál es este lugar especial donde el Señor Jesús vive? Se llama Cielo. El Cielo es el hogar de Dios. Jesús lo llamo “la casa de mi Padre”. Tú no puedes ni imaginarte lo hermoso que es.

¿Cómo es el cielo? La mejor manera de explicarte como es el Cielo es hablarte acerca de las cosas que habrá en el Cielo y las que no habrá en el cielo. Primero vamos a pensar en las cosas que NO estarán en el Cielo.

Que No Habrá en el Cielo

El sol y la luna

El sol y la luna no estarán en el Cielo. Los necesitamos aquí, pero en el Cielo nunca hay oscuridad. La gloria de Dios es la luz en ese hermoso lugar.

pecado

No habrá pecado en el Cielo. Las manchas en este corazón representan al pecado. No podemos ir al Cielo con pecado en nuestros corazones.

Iglesias

No habrá Iglesias en el Cielo. Vamos a la iglesia a adorar a Dios, pero en el Cielo estaremos viviendo con Dios. El será nuestro Dios y nosotros Le vamos a pertenecer por siempre.

No vamos a necesitar medicamentos en el cielo porque no habrán enfermos.

tumba

No habrán tumbas en el cielo porque allí nadie muere. Dios va a enjugar todas las lágrimas. No habrá enfermedad, no habrá dolor, y no habrá tristeza en el Cielo. Allá nadie se cansa y nadie envejece.

Lo que Habrá en el Cielo

Habrán millones y millones de hijos de Dios allí. Todos nuestros amigos y seres queridos que confiaron en el Señor Jesús como su Salvador estarán allí. Nosotros les conoceremos y ellos a nosotros. Dios les dará coronas especiales a aquellos quienes amaron al Señor Jesús y Le sirvieron aquí.

La Palabra santa de Dios, la Biblia, estará allí. Dios ha dicho que Su Palabra nunca pasará. Siempre estará con nosotros.

El Libro de la Vida del Cordero

Existe otro libro en el Cielo. Este libro se llama “El Libro de la Vida del Cordero”, así que este es Su libro. Cuando aceptas al Señor Jesús como tu Salvador, tu nombre es inscrito en el “Libro de la Vida del Cordero” y sabrás que estarás con Jesús en el Cielo por siempre.

en el Cielo

El Árbol de la Vida estará en el Cielo. Este árbol dará 12 tipos de frutos distintos. Habrán moradas preciosas en el Cielo—mucho más hermosas que lo que pudiésemos imaginar. Aún las calles en el Cielo son hechas de oro puro.

Millones de ángeles estarán allí. Los ángeles son los siervos de Dios. Dios envía a sus ángeles a que velen por nosotros mientas estamos aquí en la tierra.

Lo más maravilloso del Cielo es esto: ¡el Señor Jesús estará allí! Veremos a nuestro Salvador cara a cara, el Hijo de Dios quien nos ama tanto que dio Su vida por nosotros. Si le preguntaras a cualquier persona en el Cielo como llegó allí, señalará a Jesús y dirá, “Todo es por Jesús y por lo que El hizo por mí”. En el Cielo todos aman y alaban a Jesús.

Como llegar al Cielo

¿Te gustaría saber que llegarás al Cielo algún día? Bueno, pues tengo noticias maravillosas para ti:

¡Dios quiere que estés en el Cielo con Él!

¿Sabes por qué Dios quiere tenerte en el Cielo con Él? Te quiere allí porque te ama. Puedes decir, “¡Dios ME ama!” Dilo ahora mismo. Señálate y dilo de nuevo: “¡Dios ME ama!”

Pudieses estar pensando. “¿Sabrá Dios todas las cosas malas que he hecho y todas las mentiras que he dicho?” Sí, Dios sabe acerca de todo eso, pero eso no le impide amarte. Él te ama igual.

su Hijo a morir en la cruz

¡Dios te ama tal como eres! No tienes que hacer nada para hacer que Dios te ame. Él te ama con todo Su corazón, tal como eres y Él ha provisto una manera para que seas perdonado de todos tus pecados. El entregó a su Hijo a morir en la cruz por tus pecados para que tu pudieses tener vida eterna en el Cielo con Él. La Biblia dice,

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

Cuando tú crees en el Señor Jesús y lo aceptas como tu Salvador, Dios te perdona de todos tus pecados y te hace Su hijo por siempre. Como hijo de Dios, puedes saber que un día irás al Cielo.

Si nunca has aceptado al Señor Jesús como tu Salvador, pídele que entre a tu corazón. Puedes hacer esto ahora mismo. Sólo dile,

“Señor Jesús, Yo sé que he pecado. Me arrepiento de mis pecados y quiero dejar de cometerlos. Creo que Tú eres el Hijo de Dios y que moriste en la cruz por mis pecados. Por favor entra a mi corazón. ¡Te acepto como mi Salvador ahora mismo!”

¡Dios ME ama y quiere que YO esté en el Cielo con El!

1 Juan 4:19


Esteban y María

Capítulo 1:
El Listado Roto

María cerró la puerta en silencio y de puntillas caminó hacia el escritorio de la maestra. Ahora, ¡si tan solo pudiera encontrar ese listado! Tenía escrito todos los nombres de aquellos que iban a cantar en el hogar de ancianos la semana siguiente.

empezó a buscar entre los papeles

“¡Ay, espero que mi nombre esté ahí!”, María susurró hacía sí. Rápidamente empezó a buscar entre los papeles sobre el escritorio. Finalmente vió la lista bajo la esquina de un libro. María la sacó y ansiosamente leyó los nombres. “Oh no”, pensó. “¡Mi nombre no está aquí!”

“Esa maestra tan mala”, murmuró María entre dientes, con lágrimas en los ojos. “Ella sabe que mi Abuela se encuentra en ese hogar. Y yo quería ir y cantar especialmente para ella”. De un tirón María rompió el listado en dos y lo empujó hacia el fondo del zafacón. Luego salió rápidamente del salón.

“¡María, detente!”

María se volteó lentamente. Su maestra, la Srta. Pérez, estaba justamente saliendo de la oficina del colegio. “¿Que estás haciendo aquí María?”, preguntó.

El corazón de María latía fuerte y dijo, “Yo-yo estaba devolviendo un libro”.

“Bueno, pues sigue para tu casa. Sabes bien que no debes estar aquí”, dijo la Srta. Pérez impacientemente mientras se iba.

Su hermano Esteban

Con un suspiro de alivio, María salió del edificio y corrió hacia su casa. Su hermano Esteban se estaba columpiando en el portón, esperándola. “Te apuesto a que tuviste que quedarte en el colegio después de clases”, dijo con una sonrisa.

“No tuve que hacerlo”, le respondió María de mala manera, tratando de abrirse paso ante él. “¿Ya mamá llegó a casa?”

“No”, dijo Esteban enfadado. “Y Mami y Papi se van mañana como de costumbre. Esta vez te toca quedarte con la prima Ana. Pero a mí me toca ir donde el aburrido de Tío Pedro de nuevo”.

María vió la cara triste de su hermano. El sólo era un año mayor que ella. No parecía justo que él tuviese que pasar tanto tiempo en esa casa tan deprimente de Tío Pedro. “Si tan solo Abuela viviese aquí aún”, pensó María triste… “Estaban y yo no tuviéramos que quedarnos con familiares tan a menudo”.

El próximo día las horas pasaron rápido mientras María y Ana jugaban juntas. María disfrutaba pasar tiempo con su prima. Cuando se estaban alistando para dormir esa noche Ana dijo: “Mañana iremos a la Escuela Dominical y a la Iglesia. ¡Es fantástica! ¡Te va a encantar!”

María no estaba tan segura de eso. Pero al día siguiente mientras entraba al aula de la Escuela Dominical, vió a lo que Ana se refería. La maestra era joven y alegre. Los otros chicos y chicas parecían felices y ansiosos por empezar a aprender acerca de Dios.

“Hoy vamos a hablar acerca de un lugar maravilloso llamado el Cielo”, empezó la maestra. “El Cielo es el hogar de Dios. El Cielo es donde Dios vive. Su Hijo, el Señor Jesús también vive allí. Es un lugar hermoso y está lleno de gozo. Nada malo puede pasar en el Cielo. Nadie va a enfermarse allí. Y nadie va a morir en el Cielo.

“La razón por la que el Cielo es un lugar tan maravilloso es porque allí no habrá pecado”.

María tocó a Ana con el codo. “Eso no es verdad”, le susurró. “Todo el mundo muere, sabes que es así”.

Ana sacudió la cabeza. Luego alzó su mano y preguntó: “¿Maestra, realmente esa es una historia verdadera?”

la maestra sonrió mientras respondía

“Sí”, la maestra sonrió mientras respondía. “Todo está escrito en el libro de Dios, la Biblia. Lo mejor de todo, el mensaje de la Biblia es que podemos ir al Cielo y vivir allí con Jesús por siempre”.

“¿Cómo?”, María hizo la pregunta sin pensar.

“Es de esta manera”, explicó la maestra. “Nos ponemos contentos cuando nuestro nombre está escrito en una lista especial o la lista de honores. El lugar más importante para tener nuestro nombre inscrito es en el Libro de la Vida del Cordero. Este libro se encuentra en el Cielo. Le pertenece al Señor Jesús. Todos los que tengan sus nombres inscritos en este libro irán al Cielo. Jesús inscribirá tu nombre ahí si lo aceptas como tu Salvador. Nunca somos muy jóvenes o muy viejos para tener nuestros nombres inscritos en el Libro de la Vida del Cordero”.

La maestra mostró una hoja grande con un verso de la Biblia impreso en ella. “Este verso se encuentra en Apocalipsis 21:27. Nos dice que todos los que hacen cosas malas y dicen mentiras no pueden ir al Cielo. Solo aquellos que tienen sus nombres inscritos en el Libro de la Vida del Cordero pueden entrar al Cielo”.

Libro de la Vida del Cordero

Mientras el resto de la clase leía el verso en voz alta, María estaba sentada tranquilita. De repente había recordado la lista rota y la mentira que le había dicho a la Srta. Pérez. “Es inútil”, pensó María. “No conseguí que mi nombre estuviera en la lista en el colegio. Y ahora Jesús no pondrá mi nombre en su hermoso libro tampoco”. María estaba tan preocupada que no escuchó ni una palabra más que dijera la maestra.

Tan pronto se acabó el servicio, el papa de María llegó y la llevó al vehículo.

“Ana”, María le susurró mientras se despedía, “¿puede una persona que haya dicho una mentira lograr que su nombre sea puesto en el Libro de Dios?”

“Sí”, respondió Ana rápidamente. “Si realmente se arrepiente y lo confi esa. Jesús le”—En ese instante el papá de María prendió el vehículo y las palabras de Ana se las llevó el viento mientras el carro avanzaba.

María se recostó suspirando. “¿Quiso Ana decir que tengo que decirle a la Srta. Pérez acerca de esa mentira?”, se preguntaba. “Yo nunca pudiese hacer eso”. Su cabeza estaba llena de preguntas. Miró hacia su padre pero su rostro mostraba seriedad. “A él como quiera no le gusta responder preguntas”, pensó. “Sólo abuela tiene tiempo para responder preguntas. Tengo que verla. E iré a cantar con el grupo el próximo viernes—de alguna manera lo haré”.


Pobre María—¿Qué hará respecto a la lista? ¿Podrá ver a su abuela?

¡No te pierdas el próximo capítulo que viene en tu próxima lección!


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