bajo un acuerdo especial con
presenta "Hora del Cuento"
bajo un acuerdo especial con
presenta
Lección 7: ¡Yo Primero!
“¡Ooh!”, Daniel exclamó cuando su papá sacó una bicicleta nueva del auto. “¿Una bicicleta para mí?”, preguntó Daniel.
“Es para ustedes dos”, dijo Papá. “Ustedes deben compartirla”.
“Yo primero”, gritó Laura con impaciencia. “De prisa, papá, enséñame cómo montar”.
Agarrando el manubrio Daniel dijo: “Soy el mayor, Laura, por eso debo montar primero”.
“Niñas primero”, dijo Laura, jalando la bicicleta. “¿Puedo montar primero, papá?”, pidió Laura.
Papá tomó la bicicleta y la apoyó contra la pared. Entonces dijo: “Niños, hay un versículo en la Biblia que dice, ‘Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros’”. Romanos 12:10
“¿Qué significa ‘prefiriéndoos los unos a los otros’?”, preguntó Laura.
“Esto significa poner a la otra persona primero que uno”, explicó papá. “Este versículo nos dice que nosotros debemos ser amables y cariñosos el uno con el otro y honrar a otros dejándolos ser primeros”.
“Ah”, dijo Daniel. “Bien, Laura, puedes montar primero”.
Laura se quedó pensando. Miró a Daniel y negó con la cabeza. “Aún no sé montar. Creo que te miraré un rato y luego papá me ayudará”.
El papá sonrió. “Adelante, Daniel”, dijo él.
Rápidamente Daniel montó sobre la bicicleta y comenzó a pedalear de arriba abajo en su cuadra. Luego él continuó montando en la calle detrás de su casa. Había aprendido a montar en la bicicleta de Pedro, pero esto era más divertido. ¡Por fin tenía una bicicleta propia!
En unos minutos Daniel regresó. Papá ayudó a Laura a subir a la bicicleta. Con papá enseñándole, Laura aprendió a montar pronto. Los niños se turnaron montando en la bicicleta hasta que llegó la hora de ir a dormir.
A la mañana siguiente Laura despertó temprano recordando la bicicleta nueva. Levantándose pronto, se vistió silenciosamente. Si se apresuraba, podría ir a dar un paseo antes de que Daniel despertara. ¡Ella podría montar y montar!
Laura sacó la bicicleta del cobertizo y subió en ella. Montó de arriba abajo por la calle. ¡Qué diversión! De repente un perro negro grande vino saltando hacia ella, ladrando muy fuerte. Esto asustó a Laura y cuando ella trató de apartarse del perro agresivo, la bicicleta se volteó y la lanzó al suelo.
En ese momento Daniel vino corriendo de la casa. “¿Qué haces, Laura?”, le preguntó. “¿Has roto nuestra bicicleta?”
“Yo… yo… no sé”, respondió Laura con voz temblorosa mientras limpiaba las lágrimas de sus ojos. “Aquel perro grande me asustó y me caí y raspé mi rodilla. Voy a decirle a mamá que me ponga una vendita”.
Daniel ahuyentó al perro. Entonces miró la bicicleta. “El manubrio está torcido”, dijo él. “Pero papá puede arreglarlo. Se la llevaré”.
Luego que papá reparó el manubrio, fueron a desayunar. Mientras ellos comían, Laura les dijo lo que había pasado. “Quise montar sola, papá. ¿Estuvo mal?”, preguntó ella.
“No está mal querer hacer algo por ti misma”, dijo papá. “Pero hasta que puedas manejar la bicicleta mejor, no quiero que montes sola, Laura”.
“¿Cómo saliste tan temprano?”, pregunto mamá. “¿Te acordaste de leer la Biblia y orar esta mañana?”
Laura bajo su cabeza. “No, lo olvidé”, respondió ella. “Lo siento mamá, realmente lo siento”.
Papá les dijo: “Ayer hablábamos de poner a otros antes de nosotros mismos.
“Pero esto será difícil de hacer a menos que nos acordemos de poner a Dios en primer lugar. Deberíamos poner a Dios primero en nuestro corazón, en nuestro tiempo, y en nuestro dinero, en TODO”.
Daniel asombrado preguntó: “¿Cómo podemos Laura y yo poner a Dios primero cuando nos turnamos la bicicleta?”
“De esta forma”, respondió papá. “La Biblia dice: ‘Buscad primero el reino de Dios y Su justicia’. Esto significa que deberíamos amar a Dios más que a todo y ponerle primero en nuestra vida. Cuando hacemos esto, haremos lo posible por complacerlo siendo amables con otros y poniéndolos primero que a nosotros”.
Laura preguntó: “¿Cuando leemos la Biblia y oramos en la mañana, ponemos a Dios primero en nuestro tiempo?”
Mamá contestó: “Sí, esa es una forma con la que podemos hacerlo. Aquí hay un versículo que les ayudará: ‘Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré…’” Salmo 63:1
A Laura le gustó el versículo. “Voy a escribirlo en un papel y ponerlo en mi cuarto”, dijo ella. “Esto me ayudará a recordarlo”.
“Yo también haré eso”, dijo Daniel.
“Ya es hora de nuestra lectura bíblica familiar”, dijo papá. Él les leyó Lucas 14. Era una historia sobre Jesús.
“El Señor Jesús enseñó a la gente a ser desinteresada. Les dijo que cuando ellos fuesen invitados a un banquete de boda, no deberían ser orgullosos y tomar el mejor lugar para ellos. Si lo hacían, el señor de la casa podría venir y decirles que dieran su lugar a alguien más importante.
“Esto los haría avergonzarse. Jesús dijo que ellos siempre deberían tomar el último lugar. Entonces, si el señor de la casa viniera y los moviera a un mejor lugar ellos estarían felices. El Señor Jesús quiso que la gente aprendiera a poner a los otros primero que a ellos mismos”.
“Esto es como el versículo: ‘en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros’”, dijo Daniel.
“Sí”, respondió papá sonriendo.
“Hay una pequeña rima que pueden aprender”, dijo mamá. “Les ayudará a recordar quién debe ser primero”.
“Primero, viviré para Jesús
Quién murió para liberarme a mí.
Después, viviré para otros
Y por último viviré para mí”.
Los niños cantaron la pequeña rima mientras escribían las palabras del Salmo 63:1. Luego corrieron afuera a jugar con su bicicleta nueva.
Versículo para memorizar:
Deja que tu mano cuente esta historia a otros
Ya has aprendido la historia que tu mano quiere decirte. Revisémosla otra vez.
Levanta tu mano. Comienza en el pulgar y ve al meñique. Di la historia en voz alta.
YO HE PECADO.
“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Romanos 3:23
DIOS ME AMA.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16
JESÚS MURIÓ POR MÍ.
“…Cristo murió por nuestros pecados”. 1 Corintios 15:3
YO LE RECIBO EN MI CORAZÓN.
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” Juan 1:12
TENGO LA VIDA ETERNA.
“El que tiene al Hijo, tiene la vida”. 1 Juan 5:12
Ahora que sabes la historia, puedes contársela a tus amigos. Esta es una forma en que puedes ayudarles a recibir al Señor Jesús como su Salvador. Otra forma con la que puedes ayudarles es hablándoles sobre estas lecciones.