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Lección 2: Pulgarcito Muestra el Camino
Daniel y Laura estaban muy entusiasmados. Brincaban de un lado al otro de alegría.
Laura dijo alegremente: "Hoy vamos a ir a casa de la abuelita".
Daniel dijo: "Vamos a ir en el auto de papá".
Mamá alzó la mirada y dijo: "Espero que no vayan a comportarse mal, ni a llorar y no vayan a causar ningún problema a la abuelita".
Daniel prometió: "Nos vamos a portar bien".
Laura preguntó: "¿Podemos llevar a Pulgarcito?"
Mamá respondió: "Sí, pero tendrán que cuidarlo. Su padre y yo vamos a quedarnos con el tío Andrés esta noche".
Los niños corrieron a buscar la canasta de Pulgarcito, luego la pusieron en el auto junto a ellos. Mientras ponía a Pulgarcito en la canasta, Laura dijo: "Estoy feliz porque Pulgarcito no pertenecía a los vecinos".
Daniel dijo: "Pulgarcito ahora es nuestro, lo cuidaremos siempre".
Ya casi era de noche cuando llegaron a la casa de la abuelita. Daniel y Laura sonrieron mientras movían sus manos despidiéndose de papá y mamá.
La abuelita les dio un gran abrazo a ambos, diciendo: "Vamos adentro a cenar, luego les leeré una historia antes de que vayan a dormir".
Pronto los niños estaban listos para ir a la cama. La abuelita comenzó: "Un día el Señor Jesús estaba hablando con Sus discípulos y les dijo que no tuvieran miedo".
Laura preguntó: "¿Qué son discípulos?"
"Los discípulos fueron hombres que iban con Jesús a todos los lugares que Él iba. Ellos le ayudaban a predicar. Eran sus amigos", abuelita les explicó: "El Señor Jesús les dijo que Él los amaba, también les dijo que Él les daría todo lo que necesitaban.
"Les dijo que Él cuidaría de ellos. Él les hizo una promesa. Les dijo: "Yo estaré con ustedes siempre"."
Daniel dijo: "Jesús nos ama también".
La abuelita respondió: "Sí, cuando nosotros le pedimos al Señor Jesús que nos perdone nuestros pecados y sea nuestro Salvador, nosotros pertenecemos a Él. Jesús nos ama y cuida de nosotros al igual que lo hizo por Sus discípulos".
Laura recostó su cabeza sobre el hombro de la abuelita mientras preguntaba: "¿Está Jesús con nosotros en la noche también?"
"Sí, Laura", respondió la abuelita. "Recuerda lo que dijo Jesús: 'Yo estoy con ustedes siempre'. Eso significa día y noche. Significa que Jesús está con nosotros en cualquier lugar que estemos. No tenemos que tener miedo, porque el Señor Jesús ha prometido cuidarnos todo el tiempo".
Cuando la abuelita terminó esta historia, los niños pusieron a Pulgarcito en su canasta en la cocina. "Que tengas buena noche, Pulgarcito", le dijeron. Luego subieron las escaleras para ir a la cama.
Durante la noche Laura se despertó. El viento estaba soplando fuerte, haciendo un ruido silbante. A Laura no le gustaba ese sonido. Hizo que ella sintiera miedo.
Laura se levantó de su cama y fue a la habitación donde estaba Daniel. Allí levantó la cobija de Daniel y le susurró con voz temblorosa: "Daniel, tengo miedo. Quiero regresar a casa".
Daniel se sentó en la cama diciendo: "No podemos regresar a casa hasta mañana, Laura". Luego dijo: "Y nosotros prometimos no llorar ni molestar a la abuelita, ¿recuerdas?"
Laura habló bajito: "Yo pienso que Pulgarcito tiene miedo".
Daniel dijo: "No lo creo", y saliendo de la cama dijo: "Pero vamos a verlo y ya sabremos".
Daniel tomó a Laura de la mano. Con mucho cuidado bajaron las escaleras en punta de pies. Llegando a la cocina se arrodillaron junto a la canasta. La luna brilló a través de la ventana sobre Pulgarcito.
Él estaba encogido y dormía tranquilamente.
Daniel dijo: "¡Mira! Pulgarcito no tiene nada de miedo, sabe que nosotros lo cuidaremos. Y el Señor Jesús ha prometido cuidar de nosotros. Nosotros tampoco deberíamos tener miedo".
Laura sonrió mientras limpiaba las lágrimas de sus ojos y dijo: "Ahora recuerdo que Jesús dijo: 'Yo estoy con ustedes siempre'. Ese es el versículo que nos enseñó abuelita".
Daniel dijo: "Sí, el Señor Jesús siempre está con nosotros, aún en la oscuridad y cuando el viento sopla. Él nos cuidará".
Laura bostezó mientras decía: "Ya no tengo miedo, ahora voy a dormir igual que Pulgarcito está durmiendo".
Daniel dijo: "Vamos a repetir nuestro versículo mientras subimos las escaleras, diremos una palabra por cada escalón".
Los niños habían dicho el versículo dos veces cuando llegaron al final de las escaleras. Entonces regresaron a sus camas y pronto estuvieron dormidos.
Versículo para memorizar:
En la próxima lección: Daniel y Laura se meten en un gran problema. ¡No te la pierdas!
Cuando el Señor Jesús estuvo aquí en la tierra, Él tenía un grupo de hombres que creyeron en Él y le siguieron. Esos hombres fueron llamados "discípulos". Jesús les enseñó muchas cosas. Él les dio poder para sanar a los enfermos y hasta para resucitar a los muertos.
Jesús les mandó a hablar al pueblo de Israel acerca de Dios. Jesús les dijo que ellos serían maltratados. Algunas personas los iban a odiar. Algunos les harían daño. Algunos incluso tratarían de matarlos. Pero Jesús les dijo que Su Padre celestial estaría protegiéndolos. Nada les sucedería a ellos sin que Dios lo supiera.
Para mostrarles la forma como Dios los cuidaría, Jesús dijo que ni siquiera un pequeño pájaro podría caer al suelo y morir sin que Su Padre celestial lo supiera. Jesús les dijo: "Ustedes valen más que muchos pajarillos".
Jesús quiere que nosotros sepamos que nuestro Padre celestial nos cuida también. Dios sabe todo sobre nosotros. Jesús dijo: "Pues aún vuestros cabellos están todos contados". ¡Sólo piensa! Dios sabe cuantos cabellos hay en tu cabeza. ¡Esto muestra que tu Padre celestial te ama mucho!
Cuando Jesús regresó al cielo, le dijo a Sus discípulos que fueran a todo el mundo a predicar el evangelio a toda persona. Jesús quiere que todos sepan que Él murió por sus pecados y que Él quiere ser su Salvador. Si nosotros hemos recibido a Jesús como nuestro Salvador, El quiere que nosotros también le hablemos a otros de Él. Y Él ha prometido estar con nosotros siempre. Él dijo: "He aquí yo estoy con vosotros todos los días".
Que maravilloso es saber que Jesús está siempre con nosotros.
(Lee Mateo 10)