bajo un acuerdo especial con
presenta "Exploradores serie 1"
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Serie 1
Lección 10: 4 Cosas que Dios quiere que Yo Sepa
Querido(a) amigo(a):
En el momento en que recibí al Señor Jesús como mi Salvador, me convertí en un hijo de Dios. Todos mis pecados fueron perdonados. Recibí el regalo de la vida eterna.
Esto es maravilloso, pero debo recordar que tengo un enemigo terrible—Satanás (el diablo). El paso que he tomado lo ha hecho enojar mucho. Lo he dejado para unirme a los que pertenecen al Señor Jesús. Y cualquier creyente que intente vivir para Cristo pronto será atacado por Satanás.
Satanás nunca podrá sacarme de la familia de Dios, pero hará todo lo posible para desanimarme. Intentará hacer que dude de mi salvación. Me dirá que no puedo vencer las tentaciones. Hasta intentará hacerme dudar del amor de Dios.
Pero Dios ha iniciado una obra en mí, y puedo estar seguro que Él continuará mejorando esa obra. La Biblia dice:
“El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).
En esta lección vamos a aprender acerca de cuatro cosas que Dios quiere que sepamos. Estudiaremos versículos para cada una de estas cosas. Por favor memoriza todos estos versículos para que los puedas usar cuando Satanás intente desanimarte.
Una de las primeras cosas que Satanás intentará hacer después de que yo sea salvo es intentar hacerme dudar de mi salvación. Quizás ponga dudas en mi mente como estas:
“¿En verdad crees que eres salvo sólo porque recibiste a Jesús? Eso es demasiado fácil. Además, sigues siendo la misma persona de siempre. Nadie puede saber con seguridad que es salvo, ¿cómo puedes tú estar seguro?”
Cuando Satanás ponga estos pensamientos en mi mente, ¿cómo debo responder? No puedo decirle: “Sé que soy salvo porque me siento bien y eso me da seguridad”. Quizás mañana no te sientas tan bien. La manera en que estoy seguro que soy salvo es por lo que dice la Palabra de Dios—no por mis sentimientos. Mis sentimientos pueden cambiar, pero la Palabra de Dios nunca cambia.
¿Qué dice Dios en Su Palabra? Dice: “El que tiene al Hijo, tiene la vida”. Si yo he recibido a Jesús tengo vida eterna.
Dios desea que sepamos que tenemos vida eterna. Lo sé porque Dios lo afirma en Su Palabra. Dios desea que sepa que tengo vida eterna. La Palabra de Dios dice:
“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna” (1 Juan 5:13).
El Señor Jesús no sólo nos salva, sino que también nos guarda para siempre. Nos llama Sus “ovejas” y dice que nunca pereceremos.
Jesús dice que nosotros estamos en las manos de Su Padre. Nadie nos puede sacar de las poderosas manos de Dios. Jesús dijo:
“Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (Juan 10:29).
Esta es otra manera en que el diablo puede atacarme. Puede poner pensamientos en mi mente como estos:
“Está bien, tú eres un hijo de Dios, pero tienes ciertos pecados en tu vida que nunca podrás vencer. Has fallado en el pasado y seguirás fallando siempre”.
De nuevo, nuestra arma para vencer a Satanás es la Palabra de Dios. Veamos nuestro versículo atentamente para comprender lo que dice. Es un versículo largo, así que vamos a considerarlo en cuatro partes:
“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana…”
Esto significa que otros creyentes personas son tentados con las mismas cosas que me tientan a mí.
“Pero fiel es Dios…”
Esto significa que Dios siempre hace lo que dice que hará. Dios siempre cumple Su Palabra. Yo puedo estar seguro que Dios es fiel.
“Que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir...”
Esto significa que Dios promete que no me dejará ser tentado más allá de lo que yo pueda soportar.
“Sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar...”
Esto significa que Dios siempre me dará una salida para escapar de la tentación para que así no tenga que pecar.
Mientras viva en la tierra seré tentado, pero la tentación no es pecado. Jesús fue tentado por Satanás, pero Él no pecó. Yo sólo peco cuando cedo a la tentación.
Por favor memoriza este versículo importante. Es un versículo largo y quizás te tome algo de tiempo el memorizarlo, pero esfuérzate hasta que lo sepas de memoria. Luego úsalo cuando seas tentado a hacer cosas malas.
Es verdad que no tengo que pecar. Pero también es verdad que algunas veces sí pecaré.
¿Qué sucede cuando pecamos? Inmediatamente Satanás nos condena con pensamientos como estos:
“¡Ahora lo has hecho! Se supone que eres un cristiano, pero mira lo que has hecho. Se supone que los cristianos no hacen cosas como esas. Ahora Dios va a estar enojado contigo y Él no te perdonará”.
Sé que mis pecados lastiman el corazón de Dios, pero, ¿qué dice Dios en Su Palabra? Él dice:
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).
¿Qué debo hacer cuando peco? Debo acercarme a Dios en oración inmediatamente y decirle que lamento lo que hice. Cuando confieso mis pecados a Dios, Él me perdona y me vuelve a limpiar porque Jesús murió por mis pecados.
Si yo vuelvo a pecar otras veces, Dios promete perdonarme cuando yo confiese mis pecados a Él. El amor de Dios por mí nunca cambia. Tal vez me pregunte: ¿Cómo puede Dios amarme siendo yo tan débil y pecando tantas veces?
La razón por la que Dios me ama tanto es que yo pertenezco a Cristo. Cuando Dios me mira, Él me ve “en Cristo”. Él me ama tanto como Él ama a Su propio Hijo. Esto es difícil de creer, pero es verdad. Jesús dijo:
“pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios” (Juan 16:27).
Cristo vive en mí, y si yo realmente lo amo, no voy a querer continuar pecando. En lugar de perder la calma cuando haya cosas que me molestan, debería pedirle a Jesús que arregle las cosas por mí. ¡A Él le gusta hacerlo!
El Señor Jesús dijo que tendremos muchas dificultades y muchos problemas en este mundo. Cuando tengo problemas, ¿qué intenta hacer Satanás? Intenta desanimarme. Quizá ponga pensamientos en mi mente como estos:
“Dios realmente no se interesa por ti. Si se interesara, no permitiría que esto te sucediera”. O quizás diga algo como esto: “Dios está muy lejos y está muy ocupado en otros asuntos mucho más importantes. Está demasiado ocupado para atenderte a ti y tus problemas”.
Pero ¿qué dice la Biblia? La Biblia dice que Dios es nuestro Padre celestial y que Él escucha y contesta las oraciones de Sus hijos. ¿Qué debo hacer con mis problemas? El Señor dice que se los deje a Él:
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7).
En Su Palabra el Señor nos dice exactamente lo que debemos hacer con nuestros problemas y preocupaciones diarios. Él dijo:
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios con toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6).
¿Qué me está diciendo Dios aquí? Me está diciendo que no debo estar preocupado ni ansioso por nada, pero que en todo debo acercarme a Él en oración. En “todo”, tanto en lo grande como en lo pequeño, debo acercarme al Padre celestial y decirle lo que pasa. Le digo lo que necesito y pido Su ayuda. También le digo una y otra vez cuánto le amo y le doy gracias por todo lo que ha hecho por mí.
Me acerco al Padre celestial y le digo mis problemas. Le expreso todo lo que hay en mi corazón. Después de orar, ¿ha cambiado la situación? Quizás no, pero yo he cambiado.
He hablado con mi Padre acerca de mis problemas, y he cambiado. Antes de hablar con Él, yo estaba preocupado y turbado, pero ahora que he hablado con mi Padre, sé que Él hará lo que es mejor para mí. Ha habido un cambio hermoso dentro de mí. Tengo “la paz de Dios” en mi corazón (Filipenses 4:7).
Hemos visto como nuestro es enemigo Satanás obra para desanimarnos y condenarnos. Él un enemigo terrible, pero no tengo que temerle. Cristo está viviendo en mí, y Él es más grande y poderoso que Satanás, el cual está en el mundo. La Biblia dice:
“…mayor es el que está en vosotros [Cristo], que el que está en el mundo [Satanás]” (1 Juan 4:4).
No importa lo que suceda, sé que soy salvo; sé que puedo vencer la tentación; sé que Dios me perdonará cuando peque; y sé que Dios escucha y contesta mis oraciones. También sé que Dios ha iniciado una buena obra en mí y que continuará esa buena obra hasta el día que vaya a estar con el Señor Jesús.