UB David + I'll B Jonathan, Inc.

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Esta lección está escrita por El Club del Buzón


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"La Vida de Cristo"

 

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La Vida de Cristo

Lección 2: Jesucristo—El Hijo de Dios

Jesucristo - El Hijo de Dios


Querido Amigo:

En la lección 1 aprendimos que Jesucristo es el Hijo de Dios quien vino a esta tierra como un hombre. En esta lección, aprenderemos más acerca de Él y lo que hizo.

LA TENTACIÓN DE JESÚS

El Señor Jesús fue el Hombre perfecto así como también el Hijo de Dios. Él vino a este mundo para hacer la voluntad de Su Padre e hizo la determinación que nunca haría nada que fuera contrario a la voluntad de Su Padre. Él dijo,

Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió (Juan 6:38).

Satanás, el enemigo de Dios, siempre trata de hacer que la gente haga cosas que no sean la voluntad de Dios para ellas. Dios permitió a Satanás tentar al Señor Jesús para ver si podía hacerle desobedecer la voluntad de Su Padre.

LA TENTACIÓN DE JESÚS

En Mateo, capítulo 4, leemos que el Señor Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto donde ayunó por cuarenta días y cuarenta noches. Al final de este tiempo, cuando Jesús estaba cansado y con hambre, vino Satanás a tentarle.

El Diablo primero tentó a Jesús tratando de hacerle obrar un milagro para satisfacer Sus propias necesidades. Satanás sabía que Jesús tenía mucha hambre, y le dijo,

Si eres Hijo de Dios, dí que estas piedras se conviertan en pan (Mateo 4:3).

Jesús podía haber hecho esto, pero no era la voluntad de Su Padre que Él usara Su poder en esta forma y en esta ocasión. El haber hecho esto hubiera sido escoger Su propia voluntad en vez de la voluntad de Su Padre. Por eso, Jesús contestó a Satanás,

Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mateo 4:4).

Satanás intentó hacer que el Señor Jesús se tirara de las cúpulas del templo

Entonces, Satanás intentó hacer que el Señor Jesús se tirara de las cúpulas del templo. Le dijo a Jesús que los ángeles no permitirían que Él se lastimara. Esta demostración de poder, tampoco era la voluntad de Su Padre, así que Jesús contestó a Satanás,

Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios (Mateo 4:7).

Para la tercera tentación, Satanás le mostró a Jesús todos los reinos del mundo y su gloria, y le dijo,

Todo esto te daré, si postrado me adorares (Mateo 4:9).

Pues, la Biblia nos enseña muy claramente que Dios es el Único a quien debemos adorar. Por eso Jesús le dijo a Satanás,

Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás (Mateo 4:10).

Satanás había fallado en su plan de hacer al Señor Jesús rendirse a sus tentaciones. Él fue vencido completamente y dejó a Jesús por un tiempo. El Señor Jesús no usó Su poder como el Hijo de Dios para vencer a Satanás. Lo venció como un hombre. ¿Cómo lo hizo? Venció a Satanás: 1) dependiendo completamente del Espíritu Santo, 2) obedeciendo la voluntad de Su Padre y 3) usando la Palabra de Dios. Tres veces Satanás tentó a Jesús y tres veces Jesús contestó, "escrito está…"

Esta no fue la única ocasión en que Jesús fue tentado. Fue tentado muchas veces durante Su vida. La Biblia dice que Él fue

…tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado (Hebreos 4:15).

Como hombre, Jesús venció todas las tentaciones de Satanás. Nosotros, también, podemos vencer si dependemos del Espíritu Santo, si obedecemos la voluntad de Dios, y si usamos Su Palabra.

Jesús hizo maravillas

Jesucristo no sólo era el Hombre perfecto, sino también era el Hijo de Dios. Siendo el Hijo de Dios, tenía el poder de Dios, y usó este poder cuando era la voluntad de Su Padre. Tuvo poder sobre el viento y el mar; sobre los espíritus malos; sobre las enfermedades; y aún sobre la misma muerte.

Jesús calmó el viento y el mar

Jesús se levantó y habló al viento y al mar

En Mateo, capítulo 8, leemos que Jesús estaba en un barco con Sus discípulos. Se durmió en el barco, y mientras dormía, se levantó una gran tempestad. Los discípulos temieron que el barco se hundiera, entonces despertaron a Jesús diciéndole, "Señor, sálvanos, que perecemos". Jesús se levantó y habló al viento y al mar diciendo, "Calla, enmudece" (Marcos 4:39). Y el viento y el mar se calmaron y fue grande bonanza. Los discípulos se maravillaron y dijeron,

¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen? (Mateo 8:27).

Jesús demostró Su poder sobre las enfermedades y plagas.

En Lucas 4:40, leemos que muchos enfermos vinieron a Él con toda clase de enfermedades, y "… él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba".

Jesús demostró Su poder sobre las enfermedades y plagas

El Señor Jesucristo tenía poder sobre los espíritus malos. Los espíritus malos son los siervos de Satanás. Muchas veces, entraban en la gente y les obligaban hacer cosas terribles. Los hombres no tuvieron el poder de sacar a estos espíritus malos de una persona, pero cuando Jesús les hablaba a los espíritus, le reconocían como el Hijo de Dios, y le obedecían. Cuando la gente se dio cuenta que los espíritus malos obedecían a Jesús, dijeron,

¿Qué palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y salen? (Lucas 4:36).

Jesús resucitó a los muertos

Jesucristo no solamente tiene poder sobre las enfermedades y plagas, sino también sobre la misma muerte. Entre los amigos de Jesús estaban Marta y María y su hermano, Lázaro. Jesús amaba a estos amigos y pasaba mucho tiempo visitándolos en su hogar.

Un día, cuando Jesús no estaba allí, se enfermó Lázaro. Marta y María mandaron a avisar a Jesús pero Él se encontraba a mucha distancia de allí y antes que pudiera llegar a su casa, Lázaro murió. Cuando llegó Jesús, Lázaro ya tenía cuatro días de muerto.

Jesús dijo, "Desatadle, y dejadle ir"

Marta y María estaban muy tristes. Sabían que si hubiera estado Jesús, habría sanado a Lázaro y no se hubiera muerto. Pero Jesús les dijo que no estuviesen tristes porque Dios iba a usar esta ocasión para demostrar Su poder y gloria. Él haría esto, no por sanar a un enfermo sino por dar vida a un muerto. Jesús dijo,

Yo soy la resurrección y la vida… (Juan 11:25).

Cuando llegó a la tumba donde estaba sepultado Lázaro, Jesús le dijo a la gente que quitara la piedra que cerraba la entrada a la cueva. Entonces Jesús habló a Lázaro y dijo, "¡Lázaro, ven fuera!" (Juan 11:48) y Lázaro, quien había muerto hacía cuatro días, salió todavía envuelto en vendas (como era la costumbre). Jesús dijo, "Desatadle, y dejadle ir" (v. 44). Lo desataron. ¡Lázaro estaba vivo y sano de nuevo!

LA DEIDAD DEL SEÑOR JESUCRISTO

Jesús Mismo declaró que Él era Dios

Cuando hablamos de la deidad del Señor Jesús, queremos decir que Él es verdaderamente Dios. Algunos hablan de Jesucristo como un gran hombre. Otros hablan de Él como un gran maestro. Otros piensan en Él como un gran líder quien fundó una nueva religión, pero Jesús Mismo declaró que Él era Dios. Dijo, "El que me ha visto a mí, ha visto al Padre…" Y en otra ocasión dijo, "Yo y el Padre uno somos" (Juan 14:9; 10:30).

Si en verdad Jesucristo no fuera Dios, hubiera sido cosa terrible para Él haber afirmado que era Dios. Hubiera sido un engañador y mentiroso y ni siquiera pudiera haberse llamado un hombre bueno.

El Padre Mismo afirma que Jesús es Dios. En Hebreos 1:8, Dios el Padre está hablando a Su Hijo, Jesucristo, y le llama Dios a Jesús . Aquí está el versículo:

Mas del Hijo dice: tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo… (Hebreos 1:8).

Jesús permitió a sus discípulos adorarle como Dios. Cuando apareció a Tomás después de la resurrección, Tomás le adoró diciendo,

¡Señor mío, y Dios mío! (Juan 20:28).

El Señor Jesús enseñó que, un día, el mundo sería juzgado, y que Él sería el Juez en aquel gran día. Dijo,

Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envío (Juan 5:22-23).

Está claro en este versículo que debemos honrar al Señor Jesús así como honramos a Dios el Padre. Hay personas que dicen que adoran a Dios, y sin embargo no honran al Señor Jesús, pero la Biblia dice,

El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envío (Juan 5:22-23).

Jesús dijo,

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14:6).

Es imposible ir a la capital de los Estados Unidos sin ir a Washington

Tal vez deseas saber por qué es que Jesús es el único Camino por el cual podemos llegar a Dios. ¡La razón es que Jesús es Dios! Supongamos que alguien te preguntara si podías ir a la capital de los Estados Unidos sin ir a Washington. Tú dirías, "No. Es imposible ir a la capital de los Estados Unidos sin ir a Washington." ¿Por qué? Porque Washington es la capital de los Estados Unidos. Así es que no podemos llegar a Dios sino por Jesucristo porque Él es Dios.

el Señor Jesús invitó a la gente a venir a Él para que recibieran vida eterna

Cuando estaba aquí en la tierra, el Señor Jesús invitó a la gente a venir a Él para que recibieran vida eterna. Algunos vinieron a Él y recibieron vida eterna como Él había prometido. Otros no lo hicieron. A los que no quisieron venir a Él, Jesús les dijo,

Y no queréis venir a mí para que tengáis vida (Juan 5:40).

Podemos ver por el versículo anterior que el no venir a Jesús es la única cosa que nos impide recibir la vida eterna. Si tú no has venido a Jesucristo todavía para recibir el regalo de la vida eterna, ¿por qué no lo haces ahora mismo? Invítale a ser tu Salvador. Indica tu decisión firmando:

"Yo creo en Jesucristo, el Hijo de Dios, y en este momento le invito a ser mi Salvador."

Versículos para memorizar de la lección 2:

Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió (Juan 6:38).


Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado (Hebreos 4:15).


…El que me ha visto a mí, ha visto al Padre (Juan 14:9).


Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí (Juan 14:6).


Y no queréis venir a mí para que tengáis vida (Juan 5:40).


Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá (Juan 11:25).

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