UB David + I'll B Jonathan, Inc.

bajo un acuerdo especial con


Esta lección está escrita por El Club del Buzón


presenta
"La Nueva Vida en Cristo (Curso 3)"

 

UB David + I'll B Jonathan, Inc.

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El Club del Buzón

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La Nueva Vida en Cristo

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es…" 2 Corintios 5:17

Lección 22: La Oración y El Combate

La Oración y El Combate


Lectura Bíblica y Versículo para Memorizar


En nuestra última lección aprendimos cómo ganar a otros para Cristo. Ganar almas es un trabajo emocionante, pero nos pone en conflicto directo con Satanás y los poderes de las tinieblas. Cada alma que se gana para Cristo es un alma arrebatada de las manos de Satanás. Esto hará que Satanás combata contra nosotros.

Nunca comprenderemos en qué consiste la vida cristiana hasta que comprendamos que implica una guerra espiritual. Dos reinos están en guerra: El reino de Dios y el reino de Satanás. ¡La batalla es por las almas de los hombres!

¿TENEMOS PARTE en esta guerra? Sí, la tenemos. Nuestra parte es que seamos buenos soldados que Dios pueda usar en la batalla contra Satanás.

¿QUÉ CLASE DE ARMAS usamos en la guerra con Satanás? Usamos armas espirituales. El arma más grande que Dios nos ha dado es la oración. ¿Por qué? Porque la oración suelta el poder de Dios. Cuando oramos, ¡Dios actúa! Dios dice:

Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces (Jeremías 33:3).

¡TENEMOS QUE ORAR! Sin la oración sencillamente no podemos vivir la vida cristiana. Mediante la oración es que tenemos comunión con Dios; mediante la oración es que obtenemos las cosas que necesitamos; mediante la oración es que intercedemos por otros y mediante la oración es que atamos el poder de Satanás.

Por medio de nuestras oraciones podemos alcanzar el mundo para Dios

En esta lección veremos cómo Dios usa nuestras oraciones en la batalla contra Satanás; pero, primero, consideremos algunas cosas importantes acerca de la oración.

¿Qué es la oración?

ORACIÓN ES HABLAR CON DIOS. La oración no es un rito o una representación pública; es un asunto personal entre tí y Dios. El Señor Jesús dijo: "Tú, cuando oras, éntrate en tu cámara, y cerrada tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto". El Señor Jesús nos dijo que no debemos usar "vanas repeticiones", diciendo las mismas cosas vez tras vez. Nuestras oraciones deben ser sinceras y del corazón.

¿A Quíen oramos?

ORAMOS AL PADRE. El Señor Jesús dijo:

Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos… (Mateo 6:9).

¿PUEDE TODO EL MUNDO ORAR a Dios como a un Padre? No, sólo los que pertenecen a la familia de Dios pueden llamarle "Padre". Solamente hay una oración que Dios oirá de una persona inconversa: la oración pidiendo perdón por los pecados. Dios siempre escucha esta oración de un inconverso.

Debemos orar en el Nombre de Jesucristo

Si queremos que Dios responda a nuestras oraciones, debemos orar en el nombre de Jesús. El Señor Jesús dijo:

Todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará (Juan 16:23).

EL SEÑOR JESÚS ES NUESTRO GRAN INTERCESOR en el Cielo. Oramos al Padre en Su Nombre. Sólo por lo que Jesús es y por lo que Él ha hecho es que Dios oye y responde a nuestras oraciones.

El Espíritu Santo nos ayuda a orar

EL ESPÍRITU SANTO NOS AYUDA A ORAR

No solamente tenemos un Intercesor en el Cielo, sino también tenemos un Intercesor en nuestro corazón: El Espíritu Santo. Él nos ayuda a orar. Muchas veces no sabemos cúal sea la voluntad de Dios en cuanto a ciertas cosas, y, por eso, no sabemos cómo orar por ello. Pero el Espíritu Santo conoce los pensamientos de Dios y nos ayuda a orar según la voluntad de Dios. La Biblia dice:

Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos… (Romanos 8:26).

¿INFLUYE REALMENTE LA ORACIÓN EN LAS ACCIONES DE DIOS? Sí, influye. ¿Cómo lo sabemos? Porque Dios así lo dice. El Señor Jesús dijo:

Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré (Juan 14:14).

En este versículo, el Señor nos dice claramente que lo que Él hace depende de nuestras peticiones.

SI PIDES… YO HARÉ

Dios es omnipotente; Él puede hacer cualquier cosa que quiera. Pero Dios ha elegido usar nuestras oraciones para efectuar Su obra aquí en esta tierra. ¿Ves ahora por qué es tan importante la oración?

Tres formas de oración

La oración no es simplemente pedir a Dios muchas cosas. Hay tres formas principales de oración: (1) Comunión, (2) Petición, y (3) Intercesión. Consideremos estas.

Comunión

Hay tres formas principales de oración: Comunión, Petición, y Intercesión.

Esto es compañerismo con Dios. Leemos la Palabra de Dios para que Él pueda hablarnos; luego nos acercamos a Él en oración. Le adoramos; Le reverenciamos, Le alabamos; Le damos gracias por Sus bendiciones; le decirnos cuánto Le amamos.

La comunión también incluye confesión, porque no podemos comunicarnos con Dios si hay pecados en nuestra vida que no hemos confesado.

LA COMUNIÓN CON DIOS es absolutamente esencial. Es por medio de la comunión con Dios que llegamos a conocerle y a experimentar Su poder. La Biblia dice: "El pueblo que conoce a Su Dios, se esforzará, y hará".

Petición

Esto es pedir a Dios lo que necesitamos. Necesitamos muchas cosas. Necesitamos fuerza para vencer la tentación. Necesitamos sabiduría. Necesitamos poder para servir a Dios eficazmente. Necesitamos dirección divina para hacer nuestras decisiones. Necesitamos alimento, ropa y otras cosas necesarias.

¿DÓNDE DEBEMOS BUSCAR para obtener la provisión de lo que nos es necesario? ¡Debemos buscar en Dios! Él es nuestro Padre celestial. Nos ama, y se deleita en que nos acerquemos a Él en busca de lo que necesitamos. El Señor Jesús dijo:

Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mateo 7:11).

CUANDO NECESITES ALGO, pídelo a Dios. Continúa pidiendo. Muchas veces carecemos de cosas sencillamente porque no las hemos pedido a Dios. La Biblia dice:

No tenéis lo que deseáis, porque no pedís (Santiago 4:2).

¿CONTESTA DIOS SIEMPRE LA ORACIÓN?

No, Dios no siempre contesta nuestras oraciones. Hay dos condiciones que debemos cumplir si queremos que Dios conteste nuestras oraciones:

1

DEBEMOS ORAR CONFORME A LA VOLUNTAD DE DIOS.

"Hágase Tu voluntad"

Si pedimos a Dios algo que no está de acuerdo con Su voluntad, no nos lo dará. Debiéramos estar muy agradecidos por esto, porque no siempre sabemos qué es lo mejor para nosotros. Un niño puede pedir a su padre una hoja de afeitar o un cuchillo afilado, pero el padre ama a su hijo y sabe que éstos le ocasionarán sufrimiento, así que no le concede la petición a su hijo.

LA ORACIÓN MAYOR QUE PODEMOS ORAR a Dios es: "Hágase Tu voluntad". Esto demuestra que confiamos en el amor y sabiduría de Dios. Podemos pedir las cosas que deseamos, pero, en todas nuestras oraciones, debemos orar: "Hágase Tu voluntad".

2

DEBEMOS ESTAR EN CONDICIÓN PARA ORAR.

Esto quiere decir que nuestra vida debe agradar a Dios. Dios no contesta las oraciones de los cristianos mundanos y desobedientes. Pero se deleita en responder a las oraciones de aquellos cuyas vidas le son agradables. La Biblia dice:

Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiemos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él (1 Juan 3:21-22).

Cuando nuestras oraciones no son contestadas, debemos preguntarnos: ¿Hay algo en mi vida que impide que Dios conteste mis oraciones?

Esta forma de oración ayuda a Dios en Su gran plan de amor para que los hombres vuelvan a Él

LOS GRANDES OBSTÁCULOS A LA ORACIÓN son: (1) el pecado, (2) el egoísmo, (3) la falta de perdón y (4) la incredulidad. Estas cosas dan a Satanás posición firme en nuestra vida y Dios no oirá nuestras oraciones.

Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, Él Señor no me habría escuchado (Salmo 66:18).

Intercesión

Esto significa orar por otros. La comunión y la petición sirven principalmente para suplir lo que necesitamos, pero la intercesión se extiende para ayudar a otros. Oramos por nuestros amigos y familiares que no son salvos; oramos por los que predican el evangelio; oramos por nuestros gobernadores; oramos por los enfermos. Esta forma de oración ayuda a Dios en Su gran plan de amor para que los hombres vuelvan a Él.

Una forma de intercesión es la oración de combate. Esta es la oración contra Satanás.

Combate contra Satanás

Cuando hemos aprendido mantener comunión con Dios por medio de la oración y la lectura de Su Palabra, entonces Dios puede usarnos en la batalla contra Satanás.

Ahora repasemos algunas realidades respecto a la guerra entre Dios y Satanás.

1

PRIMERO, Dios creó esta tierra. Le pertenece a Él. La Biblia dice:

De Jehová es la tierra y su plenitud (Salmo 24:1).

2

SEGUNDO, Dios dio el dominio sobre esta tierra al hombre. Dios dio a Adán el dominio sobre toda la tierra.

3

TERCERO, Adán se rebeló contra Dios. Se pasó al bando de Satanás y cayó bajo el poder de éste. Por ello, Adán perdió el dominio sobre la tierra, y Satanás lo tomó. Fue por medio del pecado que Satanás obtuvo el dominio del mundo.

El Señor Jesús fue tentado como jamás fue tentado hombre alguno, pero salió victorioso sobre todas las tentaciones de Satanás 4

CUARTO, Dios quería recuperar el mundo para Sí y quería hacerlo por medio de un hombre. De modo que Dios envió a Su Hijo, el Señor Jesucristo al mundo como Su segundo Hombre.

5

QUINTO, se libró una gran batalla encarnizada entre Satanás y el Señor Jesucristo, el segundo Hombre de Dios. El Señor Jesús fue tentado como jamás fue tentado hombre alguno, pero salió victorioso sobre todas las tentaciones de Satanás. Finalmente, en desesperación, Satanás incitó a la gente para que crucificaran al Señor Jesús.

Cuando el Señor Jesús yacía en el sepulcro, Satanás creyó que había ganado la victoria. Pero, al tercer día, el Señor Jesús resucitó, vencedor sobre todos los poderes de las tinieblas. Desde ese momento Satanás supo que había sido vencido.

AL SEÑOR JESÚS LE FUE DADA TODA AUTORIDAD EN EL CIELO Y EN LA TIERRA. Satanás y sus poderes de las tinieblas fueron destituidos de su autoridad. El Señor Jesús volvió al cielo, donde está sentado a la diestra del Padre "sobre todo principado y autoridad y poder y señorio".

¡Satanás está vencido!

La cosa importante que recordar en nuestra guerra contra Satanás es esta: ¡SATANÁS ESTÁ VENCIDO! No tenemos que vencer a Satanás; Cristo ya lo ha vencido en el Calvario.

Por ahora, está libre, y trabajando tan duro como siempre para retener a los inconversos en su reino

Aunque Satanás esté vencido, todavía no ha sido lanzado al lago de fuego. Por ahora, está libre, y trabajando tan duro como siempre para retener a los inconversos en su reino.

COMO SIERVOS DE DIOS, tú y yo debemos proclamar el evangelio a los inconversos y librarlos del poder de Satanás.

El Señor Jesús dijo que, si quieres sacar bienes de la casa de un hombre fuerte, primero tienes que atar al hombre fuerte. Satanás es el "hombre fuerte", y sus "bienes" son la gente que él mantiene bajo su poder. Si hemos de librar a la gente del poder de Satanás, primero debemos "atar" su poder.

¿CÓMO "ATAMOS" EL PODER DE SATANÁS? Atamos el poder de Satanás reclamando la victoria de Cristo en el Calvario.

Cómo reclamar la Victoria de Cristo

Mientras hagamos nuestra la victoria del Calvario, Cristo atará el poder de Satanás

Ahora llegamos a una pregunta muy importante: ¿Cómo hacemos que la victoria de Cristo sea nuestra victoria? Hacemos nuestra su victoria, ¡RECLAMÁNDOLA!

CRISTO PAGÓ POR TUS PECADOS en la cruz, pero tú no fuiste salvo sino hasta que tú lo reclamaste. De la misma manera debes reclamar la victoria de Cristo sobre Satanás. Puedes hacer esto orando:

"Todo lo que significa el Calvario, Señor, ¡toda la gran victoria del Calvario la recibo y la aplico a mi vida"!

CUANDO DICES esta oración, estás diciendo: "Señor, yo no puedo resolver esta situación, pero Tú sí puedes. Tú eres victorioso sobre todo el poder de Satanás, y yo ahora reclamo Tu victoria en este asunto". Mientras hagamos nuestra la victoria del Calvario, Cristo atará el poder de Satanás.

Usa el arma que Dios te ha dado

DIOS TE HA DADO UN ARMA PODEROSA para usar contra Satanás, pero un arma es inútil si no la usas. Así que toma la victoria del Calvario.

Supongamos que Satanás ataca tu hogar. Hay palabras duras y sentimientos amargos. ¿Qué debes hacer? ¡Reclama la victoria del Calvario! Cristo te dice, "Ata al hombre fuerte, Satanás, en Mi nombre".

A menudo, cuando tenemos problemas, tratamos de entendernos con la gente que creemos está causando los problemas, pero la Biblia nos dice que la verdadera dificultad está en los poderes de las tinieblas que agitan estos asuntos. El apóstol Pablo dijo:

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12).

¿CÓMO TRATAMOS CON LOS PODERES de las tinieblas? Los tratamos reclamando la victoria de Cristo en el Calvario.

"Todo el gran poder del Calvario reclamo. Victoria en el nombre de Jesucristo es mía".

Ora por todas las cosas

ORA POR TODAS LAS COSAS

Cuando comprendas que estamos en guerra contra Satanás, orarás por todas las cosas. Esto es lo más grande que puedes hacer por Dios o por el hombre.

ORA ACERCA DE LOS PROBLEMAS en tu hogar y en tu iglesia. Ora por los cristianos. Ora por tus amigos y familiares inconversos. Ora por los que están predicando el evangelio. Ora en el nombre de Jesucristo. Ora fervientemente. Ora con fe. Ora confiando en la victoria del Calvario.

¡No te des for vencido!

Lo importante para tener éxito en la oración es la perseverancia. Esto quiere decir, NO TE DES POR VENCIDO. Sigue orando hasta que te llegue la respuesta.

REQUIERE TIEMPO para que Dios trate con las voluntades humanas. Requiere tiempo para cambiar situaciones. Dios quiere que perseveremos en la oración, haciendo nuestra la victoria del Calvario. El Señor Jesús dijo: "Es necesario orar siempre, y no desmayar".

Recuerda la promesa de Dios:

SI PIDES… YO HARÉ

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