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Querido(a) amigo(a):

El Señor Jesús nos dijo que hay dos caminos en la vida—un camino ancho y un camino estrecho. Debemos elegir cual camino tomaremos. El camino estrecho lleva al Cielo. El camino ancho lleva a un lugar terrible llamado infierno. Este lugar no fue creado para nosotros. Fue creado para el diablo y sus ángeles. Dios no quiere que vayamos allí.

Nosotros nos ponemos en el camino estrecho al Cielo cuando aceptamos al Señor Jesús como nuestro Salvador. Jesús quiere que cada creyente le diga a otros acerca de Él. Cada creyente puede tener el gozo de ganar a alguien para Cristo. En esta lección aprenderemos como hacerlo.

Ganar almas es presentar a otros a Cristo. Una buena manera de empezar es preguntarle a alguien, “Si murieras esta noche, ¿estás seguro que irías al Cielo?” Si no están seguros, les puedes preguntar, “¿Te gustaría que te muestre en la Biblia, como puedes estar seguro de que irás al cielo cuando mueras?” La mayoría de las personas estarán felices de que hagas esto.

Una persona es salva viniendo como pecador al Señor Jesús y recibiéndole como su Salvador. Sirve de mucha ayuda pensar en esto como tomando cinco “pasos”.

Puedes usar esta lección para mostrarle a alguien como recibir a Cristo como Salvador. Pídele a tu amigo que lea los cinco pasos, empezando con el PASO 1. Asegúrate que tu amigo entiende cada paso antes de pasar al próximo. Ora en tu corazón que Dios ayude a tu amigo a entender cada paso. Siempre usa la Palabra de Dios para guiar a alguien a Cristo.

Yo he pecado.

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. (Romanos 3:23)

El primer paso para convertirse en hijo de Dios es ver que has pecado contra Dios. Dios nos ama con todo Su corazón, pero odia el pecado. Nuestros pecados son un obstáculo entre Dios y nosotros.

Dios me ama.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna...” (Juan 3:16)

¡Estas son noticias maravillosas! ¿A quién se refiere Dios cuando dice “el mundo”? Quiere decir a todos en el mundo. ¡Eso nos incluye a ti y a mí! ¿A quién se refiere Dios cuando dice “todo aquel”? ¡Quiere decir cualquiera! Cualquiera puede poner su nombre en este versículo. (Lee el versículo con tu nombre en los espacios en blanco.)

Porque de tal manera amó Dios a ______, que ha dado a su Hijo unigénito, para que ______ en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Lee esto en voz alta con tu nombre en el espacio en blanco.)

Dios amó tanto a cada persona en el mundo que El dio a Su Hijo para morir por sus pecados. Pero debo volverlo personal. No es simplemente, “Porque de tal manera amó Dios al mundo”, sino “Porque de tal manera ME amo Dios a Mí que envió a Su Hijo a morir por MIS pecados”. ¡Dios envió a Jesús para MI para que sea MI Salvador!

Cristo murió por mí.

“Más Dios muestra [enseña] su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. (Romanos 5:8)

¡Dios ama a los pecadores! Este versículo nos dice que Dios mostro Su amor por nosotros dándonos Su hijo para morir en la cruz por nosotros. ¡El Señor Jesús murió por los pecadores! El murió por cada persona, pero debo hacer esto personal diciendo, “¡Cristo murió por MI!” Dilo en voz alta, “¡Cristo murió por MI!”

Yo lo recibo.

“Más a todos los que Le recibieron [al Señor Jesús como su Salvador], a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. (Juan 1:12)

Este versículo nos dice que una persona se convierte en hijo de Dios al recibir al Señor Jesús como Salvador. Esta es la única manera en que cualquiera puede ser salvo. Jesús dijo, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Hazte estas preguntas:

*¿Creo yo que Jesús es el Hijo de Dios?

*¿Creo yo que el Señor Jesús murió en la cruz por mis pecados?

*¿Creo yo que el Señor Jesús vendría a mi corazón ahora mismo si se lo pidiera?

¡Puedes tomar al Señor Jesús como tu Salvador ahora! Si la oración que está debajo dice lo que está en tu corazón, pídeselo al Señor Jesús ahora. Pídele que sea tu Salvador. Al Señor Jesús le encantará que le hables ahora mismo.

Tengo vida eterna.

“El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. (Juan 3:36)

Este versículo nos dice que Dios ve dos grupos de personas en el mundo—aquellos que creen en Su hijo y aquellos que no creen en Jesús. Si estoy en el grupo que cree en al Señor Jesús, ¿Que dice Dios acerca de mí? Él dice, “El que cree en el Hijo TIENE vida eterna”. Si he confiado en Cristo como mi Salvador, TENGO vida eterna. ¿Cómo sé esto? ¡Lo sé porque Dios lo dice en la Biblia!

Quizás seas un cristiano nuevo y te estás preguntando lo que puedes hacer para servir al Señor. Puedes decir a otros lo que Cristo ha hecho por ti. Puedes decirle a otros acerca de estas lecciones. Les puedes ayudar a unirse el Club del Buzón. Hay lecciones para todas las edades.

En Su Palabra Dios dice, “…el que gana almas es sabio” (Proverbios 11:30). Dios ha prometido grandes premios para aquellos que ganan a otros para Cristo. Puedes usar esta lección para mostrarles a tus amigos como ellos pueden aceptar al Señor Jesús como su Salvador.

Piensa en el gozo de ver a Jesús cara a cara, y oírle decir, “Bien hecho, buen siervo fiel, ¡Entra en el gozo de tu Señor!” ¡Piensa en el gozo de entrar al Cielo y encontrarte con aquellos que guiaste a Jesús!

¿Querido(a) amigo(a), dejarías que el Señor Jesús te use para ganar a otros para El? Pídele a Jesús que te ayude. Cuando ganas a alguien para Cristo, nos encantaría que nos contaras acerca de ello en la Página de Preguntas de esta lección.

La historia hasta ahora:

Los campistas han empacado sus maletas en el último día de campamento. Ellos comparten con sus compañeros cuan especial fue esta semana en el campamento y van al salón principal para su última reunión. El Sr. Martínez empieza a hablarles.

Capítulo 12:
El Ultimo Día en el Campamento

“Chicos y Chicas”, inicia el Sr. Martínez, “esta ha sido una emocionante semana en el campamento. Todos ustedes han crecido en su conocimiento de Dios, Su amor y Su perdón.

“Muchos de ustedes saben que también ha habido problemas en el campamento esta semana. Cosas han sido robadas y artículos personales han sido dañados. Los involucrados han sido comprensivos y perdonadores. Esta es la manera en la cual Dios es con nosotros. Cuando mostramos el amor de Dios en vez de nuestro enojo, Dios puede tocar el corazón de otros”.

Sr. Martínez dijo a los niños que Roberto había sido encontrado tarde la noche anterior. El no estaba herido, pero estaba muy agotado como para asistir a esta reunión. Luego el Sr. Martínez procedió a explicar que cuando desobedecemos, no solamente traemos problemas sobre nosotros, sino también sobre nuestra familia y amigos.

“Siempre recuerden que el pecado de la desobediencia tiene muchas consecuencias”, advirtió el Sr. Martínez a los campistas.

“Estoy feliz de decir”, sonrió el Sr. Martínez mientras continuaba, “el problema de ayer ayudó a un niño a cambiar su comportamiento. Enrique, por favor pasa y cuéntanos”.

Enrique lentamente pasó al frente. “No sé mucho que decir”, hizo una pausa, pero luego continuó diciendo, “Yo—Yo siento mucho haber tomado el dinero de Manuel. Ya le he devuelto su dinero y le pedí que me perdonara.

“Y—estoy muy arrepentido por haber roto la billetera de Esteban. Creo que estaba enojado con Esteban porque él estaba tratando de ser tan bueno. Seguía diciéndome a mí mismo que no leería la Biblia, aprendería el versículo, y todas esas cosas”.

Había un silencio en el salón mientras Enrique continuaba lentamente, “Pero dentro de mí, me sentía malo y miserable, y sabía que había hecho cosas malas. Cuando le conté a Roberto, él se enojó. Tuvimos una pelea, y me picaron las avispas, como pueden ver.

“Luego Esteban y Alejandro me ayudaron a regresar al campamento. No podía creerlo, después de todo lo que había hecho”, dijo Enrique emocionado. “Había sido tan malo con Esteban, pero él fue tan amable. Le dije que estaba arrepentido por romper su billetera, y él me perdonó. Él también me dijo como podía pedirle a Jesús que me perdone y sea mi Salvador. Así que—lo hice, y Yo—Yo estoy— muy agradecido por mi compañero, Esteban”.

“Gracias, Enrique”, dijo el Sr. Martínez sonriendo. “Todos estamos muy felices que hayas tomado a Jesús como tu Salvador. Te darás cuenta que esa es la única manera en la cual puedes ser verdaderamente feliz”.

El Sr. Martínez continuó, “¡Asegúrate de encontrar algunos amigos cristianos cuando vayas a casa! Esto es tan importante para todos ustedes porque uno se comporta como aquellos a quienes eliges como amigos. Y recuerda el versículo del campamento. Te ayudará a tomar las decisiones correctas”.

Luego de algunas canciones, los muchachos fueron despedidos. Enrique, Esteban y Alejandro salieron caminando juntos, riéndose y haciendo planes para este último día de campamento. Luego del almuerzo, los muchachos se divirtieron y animaron a sus compañeros en los juegos y las carreras de relevo.

María estaba sólo unos puntos detrás de Susana en el concurso para ganar la Biblia de premio. Las chicas sabían que ellas aún podían ganar puntos en los diferentes juegos y carreras.

María ha luchado toda la semana con el pensamiento de que ella quería ganar el premio de la Biblia. Pero ella también sabia en su corazón que ella era egoísta, porque Susana necesitaba una Biblia nueva más que ella. Toda la semana, Susana no había sido una persona egoísta, y merecía ganar.

El emparejamiento de la carrera de las tres piernas fue anunciado. Susana y Rebeca estaban emparejadas. María estaba feliz por Susana ya que ella sabía que Rebeca era muy rápida. Ella estaba animándola al llegar en primer lugar. María y su compañera Emilia llegaron de último.

Susana había ganado más puntos, y María le dio un gran abrazo diciendo, “Tu mereces ganar esa Biblia. Estoy muy feliz por ti—Tendremos que esperar hasta esta noche para estar seguras”.

Cuando la última carrera había terminado, todos regresaron a sus cabañas para terminar de empacar y preparase para la reunión de clausura.

Susana se sentó en la cama de María y dijo con un suspiro, “No puedo creer que se haya terminado el campamento. Desearía que continuara. Nos divertimos tanto”.

“Yo sé. Hemos aprendido tanto acerca de Jesús. Estoy tan agradecida de que Él me ha ayudado a crecer”, contestó María. “Y, Susana, tú también me has ayudado, porque no eres egoísta”.

De repente Sara entró a la cabaña. “Quisiera que ustedes conocieran a mis padres”, dijo ella con una sonrisa.

María puso su brazo alrededor de su compañera y le dijo a los padres de Sara, “Sara y yo nos hemos convertido en amigas especiales. Queremos mantenernos en contacto”.

Durante la tarde, más y más padres llegaron. Esteban y María tuvieron una maravillosa sorpresa. ¡No sólo sus padres, sino la Abuela también había venido!

Después de que los niños habían mostrado con entusiasmo el campamento a sus padres, todos se juntaron en el salón principal para la última reunión.

El Sr. Martínez se puso de pie con dos Biblias en la mano. Primero saludó a los padres y luego dijo, “Chicos y chicas, muchos de ustedes han sido sobresalientes en su cooperación, obediencia y ayuda a sus compañeros”. Luego anunció a los ganadores de las Biblias.

“La ganadora de las chicas es Susana Báez”, María saltó y le dio a su amiga un gran abrazo. Esteban estaba feliz de que Bobby ganara la otra Biblia.

¡Esteban y María nunca olvidarán este campamento! Ellos habían aprendido el significado de la frase “andar como dignos del Señor”. Ellos habían visto a Dios hacer grandes cosas. Sus amigos cristianos habían crecido espiritualmente. Ellos habían visto sus oraciones contestadas. Lo mejor de todo, ¡Dios los había usado para ganar a otros para Cristo!

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